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Ser Docente, no se basa solo en el conocimiento de determinadas corrientes pedagógicas, sino en el desarrollo de múltiples habilidades, actitudes, etc, que nos ayuden a nosotros como maestros y a nuestro propio grupo de alumnos y a sus familias a llevar a cabo juntos el proceso de educación.

(Nachmanovitch, 2006) Enumera las siguientes características que debe tener un educador:

• es tierno y amoroso con los niños;

• Se muestra interesado por el desarrollo de los niños;

• Desarrolla relaciones positivas con los niños y sus familias;

• Se relaciona e interactúa con los niños de manera individualizada, así como en grupos pequeños;

• Crea ambientes educativos estimulantes;

• Da importancia al desarrollo emocional y social;

• Promueve que los niños expresen sus sentimientos;

• Fomenta el desarrollo del lenguaje a través de la expresión oral, extendiendo las conversaciones, haciendo preguntas y propiciando que los niños pregunten;

• Modula su tono de voz en la interacción con los niños, padres y colegas;

• Trabaja en colaboración con los padres;

• Son intelectualmente competentes.

La maestra debe tener clara su visión del mundo, su rol como educador, y debe proporcionar todas las armas necesarias a sus alumnos para su desarrollo. Además de considerarse una profesión se considera una vocación, que no todas las personas están capacitadas para ejercer las funciones que conlleva el desarrollo de esta profesión, porque hace falta tener un perfil personal adecuado. De cada maestro depende cuanto avanza y cuando aprende cada niño en todos los aspectos de su desarrollo físico, intelectual y socio emocional.

(Eliason & Jenkins, 1994) Plantean que los maestros de educación temprana deben mantener un balance entre la teoría y la práctica.

Mediante la observación que fui a realizar en el CIBV del Cantón Pedernales-Comunidad Moracumbo. Pude darme cuenta que hay bastante falencia al respeto de la comunidad que hay entre la educadora y el niño, uno de ellos como el contacto visual que ella debería tener con los alumnos, cuando es a veces que lo hace, también, la voz de ella propiciaba timidez, imposición, y retador. Como sabemos que la educadora tiene que inspirarle confianza, para que el niño se sienta a gusto estar en un CIBV, porque de ella depende el progreso de cada infante.

También me pude dar cuenta, que ella no le da oportunidad al niño para que exprese lo que desea hacer en ese momento, siempre es ella lo que impone las actividades que se debe de realizar ya que se basa a una planificación.

No todas las veces hay que seguir un lineamiento de planificación, sino también debemos de darle oportunidad para que el niño exprese o diga lo que desean hacer, porque no sabemos si el niño llega desanimado, de mal genio, enfermo o muchas veces sin ganas de hacer nada.

Las actividades que observe que ella realiza, es en papel o papelote, sin tomar en cuenta la estimulación ni la motivación que hay que darles antes de empezar una clase.

Antes de impartir una clase más aun en un Centro Infantil, la educadora tiene que acondicionar el ambiente con música infantil, con recursos adecuados para la edad del niño, y no regirse solo a un papel o papelote, porque hay muchas formas de poder estimular una clase, y antes de iniciar una clase tiene que motivar y hablar con los niños lo que se va a realizar.

Si no hay un ambiente adecuado y la maestra no les brinda afecto, el niño se sentirá en una burbuja sin poder salir adelante, ya que la maestra que es la persona indicada para entablar confianza y empatía no lo hace.

Las situaciones educativas que se ofrezcan deben facilitar la auto-actividad, es decir, que el niño pueda ejercer un rol transformador, acorde a los objetivos que se pretenden y a las características de aprendizaje (PERALTA, 2002).

ENSAYO

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